El joven Aldarion seguía trabajando duro en sus entrenamientos. Algún día llegaria a ser paladín fiel en su servicio a Torm, como su tío y su hermano mayor. Pertenecía a la familia Galdor, una de las familias más ricas de Aguas Profundas.
Pero algo se torció en su destino. Decían los maestros que Aldarion no tenía el suficiente carisma para ser paladín, ni la suficiente pureza. Aunque el joven decía que no cejaba en su fe, y daba muestras de inteligencia, lo cierto era que frecuentaba burdeles, casas de apuestas y diversos lugares de mala reputación. Le acompañaban siempre su padre y algun familiar lejano, también dados a aquellas apuestas.
Una vez, por necedad, ocurrió algo terrible. En mitad de la borrachera, con su padre ya ausente y una suerte formidable a favor, el joven Aldarion se jugó un millón de piezas de oro, dinero que por supuesto no tenía, y las perdió. La familia no pudo pagar y el hermano mayor de Aldarion, Dertharion, fue asesinado en venganza por oscuros acreedores.
Las investigaciones no progresaban y el padre de Aldarion tuvo que recurrir a prestamistas que le cobraron intereses abusivos. La situación de la familia bajó rápidamente y se dilapidaron muchos beneficios.
Truncada para siempre su carrera como paladín, Aldarion cambió su nombre por BLADE, reflejo de su único entrenamiento y en lo único que destacaba, la espada, y fue a los caminos a buscar fortuna, concretamente el millón para restituir lo que neciamente había perdido, y fortuna emocional, para volver a ser el joven alegre que había sido.
Pronto escuchó rumores sobre las Tierras de Maztica, y sobre que tesoros fabulosos esperaban ser descubiertos en la nueva colonizacion del continente. Aldarion, no, Blade, fue presto a puerto y se embarcó rumbo al continente Nuevo.
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